Ya sea sobre la alimentación, hábitos de vida, ejercicio físico, industria farmacéutica, o en nuestro caso, cosmética, encontramos siempre las mismas frases:
Los estudios dicen/demuestran/
Hay estudios..
Los expertos aseguran ..
Hay evidencia..
Se ha demostrado..
Seguro que se te ocurren muchos más. Frases que estan ausentes de referencias (sobre todo en redes sociales), o que solo se muestra un estudio aislado que acredita lo que se afirma. ¿Por qué? Buscar evidencia científica requiere tiempo, ganas, y sobretodo: objetividad. Es cierto, que muchas afirmaciones pueden ser evidenciadas con un par de artículos, pero todo dependerá del mensaje qué queramos dar.
citar un blog o un perfil de instagram no es una fuente de evidencia científica
Si hay algo que no se puede ser en ciencia es subjetivo, por la que la subjetividad esta ligada a las emociones, creencias, opiniones… y el “yo creo” en esto no sirve.
Divulgar en la red está en auge, lo que está suponiendo un lío mental en el lector/seguidores frente a esta avalancha de «papers».
Por eso, he decidido publicar una serie de artículos, dónde veremos por que no sirve la frase de «los expertos dicen..» y donde intentaré que hasta tú, que nunca has leído una publicación científica, sepas cómo se hace, de qué se compone, y los tipos que hay.
Para que no te pierdas nada te dejo los artículos de la serie. Para que la leas del tirón o la guardes para el futuro.
- Evidencia científica I: cómo se lee y publica un artículo científico.
- Evidencia científica II: ¿Qué diferencia hay entre un ensayo in vivo, in vitro, ex vivo, in silico?
- Evidencia científica III: Ensayo clínico vs. Estudio observacional
- Evidencia científica IV: calidad de los estudios científicos y sistemas de clasificación
- Evidencia científica V: dónde buscar referencias ¿es Google fiable?
Si tienes preguntas o encuentras fallos no dudes es dejar tu comentario y en compartir si te ha gustado. No es una serie de artículos destinado a cosmética, si no aplicable casi a todas las disciplinas (divulgación científica, nutrición, salud, etc). Si no te interesa, te animo a que leas en diagonal, he intentado escribir un artículo sencillo y fácil de leer.
#Disclaimer: antes de empezar hago un pequeño inciso, ya que hay mucha gente de ciencias me lee. Aunque un estudio puede clasificarse y sub-clasificarse de manera diferente según el método de clasificación empleado, el fin de este artículo es explicar de manera muy básica los tipos de estudios científicos que hay.
Tipos de artículos científicos
Las revistas y artículos científicos son como las revistas de patrones. Hay un tipo diferente según lo que queramos mostrar, demostrar o analizar. Agrupando las clasificaciones que realizan editoriales como Springer o Elsevier, tenemos 5 tipos:
- Research article: describen una línea de investigación determinada, es decir, los experimentos que hemos realizado en el laboratorio y resultados que hemos obtenido. Los más comunes en disciplinas como química, biología, física, matemáticas o ingeniería. Muestran métodos y metodología.
- Review: sintentizan de manera crítica (resúmenes) lo que se ha publicado hasta el momento sobre un tema determinado. Son extensos y largos de leer, pero arrojan información muy valiosa. Eso sí, hay que tener en cuenta las referencia que mencionan y la calidad de las mismas.
- Estudio de casos y ensayos clínicos (Clinical case studies y clinical trials): los más habituales en medicina/salud. Muestras resultados en población objetivo, efecto de terapias y efectos adversos. En el artículo de mañana hablamos sobre los tipos y subtipos que hay.
- Opiniones de expertos y comunicados: artículos cortos escritos normalmente por un solo autor. Contienen información personal y puntos de vista sobre expertos, aunque también son el preludio a muchas lineas de investigación posteriores. Eso sí, las opiniones de experto suelen ser el último escalón de evidencia científica, debido a un posible sesgo.
- Book review: tiene el mismo fin que un review, pero se agrupan y se condensan en un libro para que sea más sencillo y accesible de forma académica. Se escribe entre varios autores y requiere una gran inversión de tiempo. Reconozco que es muy satisfactorio a nivel personal, y que el libro brilla en tu estantería, pero consumen mucha energía 🙂
Cómo se lee un «paper«
Una publicación científica («paper») se compone de un esquema tipo como el siguiente:
- Abstract: resume lo que nos vamos a encontrar en la publicación de forma concentrada. Muestra los resultados más significativos y estudios y ensayos clínicos aparecen datos como el objetivo del estudio, población, tipo de ensayo o factores de inclusión/exclusión.
- Introducción: revisión bibliográfica hasta el momento sobre el tema que es objeto de discusión.
- Método y materiales: depende de la disciplina. Podemos encontrar desde qué sustancias se usan (distribuidor o método de síntesis previa), técnicas analíticas para obtener resultados, tamaño de muestra, o criterios de inclusión/exclusión.
- Resultados: descripción de los resultados. En una publicación sobre nanopartículas se incluirán: tamaño de nanopartículas, color, comportamiento en disolución o imágenes de microscopia electrónica. En un ensayo clínico se pueden describir los resultados obtenidos, efectos adversos o interacciones, entre otros.
- Discusión: síntesis y comparación entre tus resultados frente lo publicado hasta el momento.
- Conclusión: remarca aspectos positivos o negativos sobre los resultados obtenidos.
Este esquema se adapta al tipo de publicación, un ensayo clínico incluirá factores etiológicos o un apartado sobre la fisiopatología, un test de laboratorio sobre una nueva molécula explicará los factores de corrección de un análisis de Rayos X, y un review/meta-análisis incluirá los criterios de búsqueda empleados.
¿Hay que leerse el estudio entero? Sí.
Si queremos tener un opinión objetiva y lo menos sesgada posible, sí. No solo del artículo en cuestión, si no de algunas de sus referencias cruzadas. Si además el tema está relacionado con salud, debemos realizar búsquedas en otras bases de datos, organismos públicos y normativas y regulaciones vigentes.
Si eres un simple aficionado que solo quiere leer los estudios por cultura general con esto te valdría con leer el abstract, conclusiones y si quieres los resultados. Todo depende de cuál sea tu fin leyendo el artículo científico.
En cambio, si decides divulgar y enseñar, deberás entender las técnicas qué se usan en cada estudio, y qué información nos aportan. Algo clave para entender lo que nos están contando y cómo lo están demostrando.
En temas relacionados con cosmética esto es habitual: huecos debidos a la falta de (in)formación. El famoso caso de los parabenos, o ejemplos como el siguiente:
Frase estándar y copy-paste: «los ingredientes cosméticos no son evaluados mediante ensayos toxicológicos». La realidad es que existe el ensayo NOAEL (no-observed-adverse-effect-level), máxima cantidad de una sustancia que no genera efectos adversos. [1] No hace falta trabajar en la industria cosmética para saberlo, gracias a nuestro querido mundo 2.0 tenemos acceso a normativas, regulaciones y libros de texto.

Un ejemplo más complejo: en ciencia de nanomateriales existen diferentes tipos de técnicas analíticas para medir el tamaño de nanopartículas. El DLS (dynamic light scattering) [2] genera un tamaño de partícula menos definido y no es el método más adecuado en nanopartículas pequeñas (<5 nm) mientras que una imagen en el microscopio electrónico (SEM/TEM- EDX), nos proporciona una foto sobre el tamaño y composición química (EDX) y un resultado mucho más exacto [3]. ¿Cómo se aprende todo esto? Con formación e interés. No hay más.
Por eso, hacer pantallazo de una tabla sobre disruptores endocrinos y compartir en IG Stories sin explicar nada más, solo demuestra una cosa: falta de evidencia y criterio científico, y ganas de sensacionalismo.
Antes de comunicar o, lo que tanto nos gusta decir ahora divulgar, debemos estar seguros al 100% de que lo que decimos es cierto y tenemos las respuestas a todas las preguntas.
El arte de formular preguntas
Leer una publicación científica está a la orden del día, e incluso cuando en redes sociales se argumenta una opinión diferente a la que tiene la masa siempre hay alguno qué salta: ¡dame estudios! ¡muéstrame los estudios! En estos casos, lo mejor es obviar la pregunta, ya que los estudios son accesibles al 100% de la población.
Pero que sean accesibles no los hace ni mucho menos entendibles. Todo el mundo puede leer, pero no interpretar lo que tiene delante.
De media, leer un artículo, sus referencias cruzadas, temática, buscar más información, y entender los resultados (con sus técnicas analíticas detrás) puede llevar unas 20 horas (o más) si nunca has oído hablar de un ensayo ELISA, cromatografía de gases, u otras técnicas y ensayos que se lleven a cabo.
Con algo de base, te puede costar entre 5-10 horas extraer la información adecuada y realizar las preguntas pertinentes. Por qué lo qué hace fiable a la persona que lee un estudio, es aquella que es capaz de formular preguntas a lo que tiene delante.
Otro factor que se nos olvida es el adjetivo: preciso (accurate). Un estudio normalmente tiene sus variables identificadas, pero no ocurre lo mismo cuando leemos frases en algunos libros o post en redes sociales.
Por eso, afirmar que algo es tóxico, peligroso o, por el contrario, beneficioso basándose en un solo estudio resulta poco fiable.
Leer un estudio no es evidencia científica. Cien, tampoco.
Por el contrario, citar una lista interminable de 100 estudios tampoco es indicativo de fiable. Lo que indica es poco filtro. Un caso recurrente suele cuando hablamos de parabenos y cosmética.
Los parabenos son, al fin y al cabo, un grupo de moléculas que comparten una estructura química base. De toda esa familia solo 2 (o 4, según el producto cosmético) pueden ser usados en cosmética. Citar artículos referentes a otros parabenos demuestra que no sabemos diferenciar entre unos u otros, y por tanto, existe poco criterio y filtro.
Aunque hablaremos de esto la semana que viene, usar un estudio in vitro para lanzar conclusiones sobre algo usado in vivo, no es concluyente. Ambas son técnicas diferentes no extrapolables al 100% y que el lector que realiza ese análisis debe identificar. Un estudio realizado con una muestra de 15 personas en un estudio observacional (no clínico), no es concluyente.
Cómo se publica un artículo científico y factor de impacto
Tristemente el mundo de las publicaciones científicas se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza, para aquellos que hemos estado/están sumergidos en una tesis doctoral, personas que hacemos/hacen revisiones bibliográficas, o divulgadores científicos. La publicación de artículos, el acceso libre y revistas online ha generado una submafia de revistas científicas que nos trae de cabeza a más de uno.
Artículo recomendado: Sin moda no hay futuro, de Deborah Garcia Bello.
Al igual que en la moda, en la cosmética o en cualquier accesorio que te venga a la cabeza, en ciencia también hay clases.
Hoy en día, cuando escribimos un artículo científico para cualquier revista lo hacemos (casi) todo. El editor solo tiene que subirlo al portal y publicarlo.
Seguro que no tienes ni idea de cómo funciona el proceso de publicación de un articulo. Te dejo un ejemplo: artículo sencillo solo con fines educativos (síntesis de nuevas moléculas) cuyo material solo se usará con fines académicos:
- Realizar investigación en el laboratorio (previa investigación, planificación experimentos, materias primas, síntesis, interpretación de resultados, etc)
- Escribir el artículo junto con sus 2000 revisiones entre autores y co-autores ( quizás no 2000 ¡pero unas 8-10 seguro!)
- Maquetar tu publicación según el formato de la revista dónde quieres publicar
- ¿Has recibido el SÍ de la revista seleccionada? Estupendo. ¿No? Repite con otra diferente.
- Elegir/Seleccionar los revisores (peer-review): profesionales de diferentes campos revisan y evalúan tu articulo
- Realizar los cambios oportunos: puede ser una simple frase, o que te tiren medio año o más de trabajo experimental en el laboratorio, tener que repetir experimentos y te salgan canas del estrés (#aTodosNosHaPasado)
- Rezar a tu matraz aforado para que esta vez este todo OK
- Proceso de edición y papeleos entre tu jefe, tú y el editor de la revista
- Publicación online y posterior off-line
- Compartir en Research Gate, LinkedIn y FaceBook y mandar una copia a tus padres con orgullo (aunque no entiendan ni un pijo)
En el caso de un ensayo clínico, este deberá ser previamente registrado, obtener permisos pertinentes, cumplir normativas, financiación y un largo etcétera. Parece sencillo pero no lo es.
Factor de impacto
En todo hay clases: hay revistas nuevas que no conoce nadie, y otras como Nature que son la crème de la crème. En que se diferencian: en su factor de impacto.
Un número que cataloga, o más bien, discrimina a unas revistas por encima de otras.
¿En qué se diferencian? En el tipo de artículo que se publican. Mientras que algunas aceptan estudios más sencillos (menor número de pruebas) en otras revistas se exige un contenido y resultados más extenso. Aunque realmente, la diferencia solo está en el número de citas que ha tenido un artículo/journal en concreto.
El engagement de las publicaciones científicas.
Cómo saber el índice de impacto de cada uno: normalmente viene indicado en la web del propio Journal, una búsqueda rápida en Google o por ejemplo en la web de la Royal Society of Chemistry.
Aunque no es una regla obligatoria, las publicaciones en revistas de menor impacto suelen tener más «huecos» y no suelen ser estudios 100% concluyentes. En resumen, tienen una larga lista de To-Do’s en su linea de investigación. Pero insisto, esto es algo que hoy en día hay que coger con «pinzas» y dónde debemos aplicar el pensamiento crítico.
Si has sido capaz de leer esta chapa, te aplaudo. Acabas de leer 2200 palabras del tirón.
¿Te ha gustado? ¡Comparte y que la ciencia te acompañe!
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Referencias
[1] The no-observed-adverse-effect-level in drug safety evaluations: use, issues, and definition(s). Dorato MA, Engelhardt JA, Regul Toxicol Pharmacol. 2005 Aug;42(3):265-74. doi: 10.1016/j.yrtph.2005.05.004
[2] Dynamic Light Scattering: Applications of Photon Correlation Spectroscopy, editado por R. Pecora, Springer, 1985. doi: 10.1007/978-1-4613-2389-1
[3] Química Física, Peter Atkins, Ed. Panamericana, 2008, ISBN: 9789500612487
3 comentarios en «[Serie] Evidencia científica I: cómo se lee y publica un artículo científico. Ser preciso no es una moda.»
… un blog … no es una fuente de evidencia científica.
Entonces, este blog tampoco es una fuente de evidencia científica…
Eso es, yo no soy evidencia científica, si no los artículos científicos. 😉
Muy atinada tu determinación de compartir esa información. Felicidades.