Microbeads, miniesferas de plástico que se encuentran por todo el fondo marino y que comen nuestros peces. ¿De dónde salen? ¿Cómo llegaron hasta allí? Sencillo. Gracias a nosotros y algunos de nuestros cosméticos.
En el post de hoy hablamos de algo fuera de lo habitual, pero no menos interesante. Creo que al igual que miramos si la composición de un cosmético es o no beneficiosa para nuestra piel, podemos aportar un granito de arena a una mejora medioambiental, y más con la cantidad de productos alternativos que tenemos en el mercado. Lejos de entrar en polémicas de Cruelty free o No-Waste como estilo de vida, hablamos de algo que nos beneficia a todos, y no por que lo piense yo, si no por que países como Canadá han prohibido su fabricación.
Miles de fármacos, plásticos o metales son expulsados al fondo marino, siendo los microplásticos (microbeads) uno de ellos. Pequeñas esferas de entre 50 y 400 micrómetros que terminan en el fondo marino y por consiguiente, en el estómago de los peces. Están presentes en los geles de ducha o pastas de dientes, donde se usa como abrasivo, en cremas solares, maquillaje o pintalabios.
Sin duda, su uso en productos de cuidado personal ha hecho que se convierta en uno de los subproductos más contaminantes de la industria cosmética.